martes, 7 de mayo de 2013

Alan Leo, 9. Direcciones zodiacales planetarias con latitud



EL HORÓSCOPO PROGRESADO
Alan Leo

PARTE IV
Capítulo XXVII
DIRECCIONES ZODIACALES ENTRE EL SOL, LA LUNA Y LOS PLANETAS CON LA LATITUD
      El capítulo anterior trataba de las direcciones zodiacales consideradas como medidas sobre la eclíptica sin latitud; el problema de cómo calcularlas cuando se tiene en cuenta la latitud es un problema en torno al cual existe mayor discrepancia de opiniones de lo que un estudiante pudiera suponer al repasar los libros publicados sobre el tema. Se han recomendado dos métodos.

       Si volvemos a la dirección (52) "Luna oposición Neptuno zod. d." como ilustración práctica, con objeto de formar esta dirección con latitud, el primer método y probablemente el que más extensamente se sigue es el de averiguar con la ayuda de las efemérides la latitud y la declinación que tendrá la Luna cuando llegue al lugar de la oposición, 28º 0' de Leo. Conociendo la longitud, la latitud y la declinación, calcular la A.R. de la Luna mediante la Fórmula XII y luego su D.M. y S.A. de la manera acostumbrada. La regla de buscar el arco de dirección por proporción se aplica entonces exactamente de la misma manera que las direcciones sin latitud.

       El segundo método no se practica tan ampliamente y parece ser completamente desconocido de muchos estudiantes. Consiste en emplear la misma magnitud de latitud que el cuerpo celeste tenía en el nacimiento. Por ejemplo, en el horóscopo de la Sra. Besant, la Luna tenía 5º 17' de latitud sur en el nacimiento y esta magnitud se incorporará como factor en la A.R., la declinación y el S.A. cada vez que se desease dirigir la Luna con latitud.


ALGUNAS OBJECIONES

       Los dos métodos han sido criticados y el primero en particular ha suscitado muchos comentarios hostiles.

       Al mirar las efemérides veremos que la Luna llegó a 28º 0' de Leo, la oposición de Neptuno, el 5 de octubre de 1847, cuatro días después del nacimiento. Se arguye que si bien es lícito introducir en el proceso del cálculo un factor que no existió hasta cuatro días después del nacimiento, resulta evidentemente fatal para la pretensión frecuentemente formulada de que las Direcciones primarias se completan todas ellas unas pocas horas después del nacimiento.

       Esta objeción es bastante simple, pero pueden aducirse otras mucho más serias.

       Si se toma la dirección (53) con la latitud, "Júpiter oposición Saturno zod. d.", Júpiter no llegó al lugar de la oposición, 7º 28' de Virgo, como para tener la latitud que le correspondía, hasta el 16 de septiembre de 1849, dos años después del nacimiento.

       Si se toma una dirección como "Neptuno cuadratura Luna zod. d." con latitud, Neptuno no llegó al lugar del aspecto hasta 1867, casi veinte años después del nacimiento.

       Incluso esto son meras bagatelas si se compara con algunas de las direcciones inversas con latitud.

       Si tomamos con latitud "Urano cuadratura Luna zod. d.", formada muy temprano en la vida, nos enfrentamos a dos alternativas. El aspecto se produce en 12º 52' de Aries y, con el fin de averiguar la latitud que corresponde a Urano cuando está aquí, es necesario retroceder hasta el 11 de marzo de 1847, seis meses y medio antes del nacimiento, o avanzar hasta 1929, ochenta y dos años después del nacimiento. Adoptar la primera alternativa equivale a admitir que las direcciones inversas son realmente pre-natales. Adoptar la segunda es absurdo, porque esta dirección se cumple durante la primera infancia.

       En el caso de "Neptuno oposición Luna zod. inv. con latitud, las dos fechas posibles son diciembre de 1826, veintiún años antes del nacimiento, y el año 1990, ciento cuarenta y tres años después del nacimiento, absurdas tanto la una como la otra.

       Si es verdadera la proposición de que las Direcciones primarias se completan unas pocas horas después del nacimiento, y, a razón de 1º de A.R. por cada año, una vida de noventa años tomaría solamente seis horas de tiempo sideral, no es posible un cambio muy apreciable de latitud, ni un cambio muy grande de declinación; sólo un cambio pequeño de longitud, incluso para la Luna, el cuerpo que se mueve más deprisa, y prácticamente ningún cambio para los demás planetas.

       Si, por otro lado, admitimos un cambio de latitud en una medida mucho mayor de lo que está justificado por el tiempo transcurrido desde el nacimiento (a razón de 1º de A.R. = 4 min. = 1 año de vida), evidentemente es necesario abandonar la idea de que las Direcciones primarias se completan en unas pocas horas después del nacimiento, porque entonces no es cierto. Ahora bien, afirmar esto en el caso de las direcciones sin latitud y dejar de afirmarlo cuando se calculan las direcciones con latitud equivale a dividir las Direcciones primarias en dos sistemas diferentes e irreconciliables.


REACCIONES ANTE LAS OBJECIONES

       Estas son algunas de las objeciones que se han hecho y que han tenido diferentes efectos en diferentes estudiantes. Algunos rechazan sin más las direcciones con latitud y afirman que solamente son válidas las direcciones con respecto a puntos de la eclíptica. Otros admiten las direcciones con cambio de latitud en cualquier medida y sostienen que es ilusoria la idea de que las Direcciones primarias se formen unas pocas horas después del nacimiento y que su formación realmente se extiende a un período largo como en el caso de las Progresiones secundarias. Otros, a su vez, reconocen las direcciones con cambio de latitud cuando son directas, pero las niegan cuando son inversas. Sin embargo, otros siguen el segundo de los dos métodos antes mencionados; negando cualquier cambio de latitud y empleando siempre con la longitud que corresponde al aspecto la misma latitud que tenía en el nacimiento el cuerpo celeste dirigido.

       Ciertamente hay algo que decir en favor de este segundo método, porque al parecer es el único que puede conciliarse con la afirmación de que las Direcciones primarias se completan unas pocas horas después del nacimiento.

       Como se ha indicado en un capítulo anterior, las posiciones en el horóscopo del nacimiento se consideran como permaneciendo inalteradas para toda la vida, por lo que respecta al nativo. Si nació al salir el Sol, toda su vida será un tipo de hombre caracterizado por esta hora temprana del día. Si un grado determinado de longitud estaba ascendiendo en el nacimiento, buenos y malos tránsitos demostrarán la importancia de ese grado durante toda la vida. Longitud, declinación, latitud y posición mundana continúan sin variar por lo que respecta al horóscopo del nacimiento.

       Las modoficaciones que llamamos direcciones son cambios subordinados que tienen lugar dentro de la estructura inalterable del horóscopo. Un horóscopo secundario, en movimiento, cambiante, viene a superponerse a aquel que se hizo permanente en el nacimiento. En una dirección como "Luna oposición Neptuno zod.", no tiene efecto ningún cambio en latitud, longitud o declinación de la Luna; lo que sucede es que 28º 0' de Leo es llevado hacia el este por la rotación axial hasta que ocupa desde el meridiano una posición que es similar a la posición de la Luna en el nacimiento en la proporción de los dos semi-arcos. El problema en realidad es éste: cuando se calcula la A.R., la declinación, la ascensión oblicua, la D.M. y el S.A. de 28º 0' de Leo, ¿debe tratarse como un punto sobre la eclíptica y nada más que eso; o como teniendo la misma latitud que tenía la Luna en el nacimiento; o como teniendo la latitud que adquirió la Luna cuando llegó a esta longitud por progresión secundaria después del nacimiento?


EJEMPLO

       Debido a que estas direcciones, salvo por el hecho de que incluyen la latitud, se calculan exactamente de la misma manera que las direcciones sin latitud, será suficiente una sola ilustración de cada método.

       Se necesita hallar el arco de Luna oposición Neptuno zod. dir. con la latitud indicada en las Efemérides. La Luna llegó a 28º 0' de Leo el 5 de octubre de 1847 a las 8h 55m a.m. Su latitud era entonces 3º 32' Sur. Con esta latitud la A.R. será 148º 57'; la D.M. 56º 53'; la declinación 8º 53'; la Diferencia Ascensional 11º 21'; el S.A. 78º 39'; y finalmente el arco de dirección 43º 27' (57).

       Se necesita hallar el arco de Luna oposición Neptuno zod. dir. con la latitud en el nacimiento. La latitud de la Luna en el nacimiento era 5º 17' Sur, y si esto se considera como permaneciendo inalterado, la A.R. de 28º 0 de Leo será 148º 21' (por la Fórmula XI); su D.M. 56º 17'; su declinación 7º 13' N; su Diferencia Ascensional 9º 10'; y su S.A. 80º 50'. Luego, por una proporción parecida a la de la dirección (52), la segunda distancia es 13º 50' y el arco de dirección es 42º 27' (58).

       Las direcciones (52), (57) y (58) pueden compararse unas con otras. La primera se calcula sin latitud y es aceptada por todos. Las dos últimas se calculan con latitud y los astrólogos no han llegado a ponerse de acuerdo con respecto a ellas.


VERDADERAS DIRECCIONES ZODIACALES INVERSAS

       En capítulos anteriores se presentó el problema de las direcciones mundanas aparentemente formadas antes del nacimiento y ofrecimos algunos ejemplos. Se verá que hasta el presente no ha habido nada que se corresponda con estas direcciones entre las direcciones zodiacales del Sol, la Luna y los planetas: lo que convencionalmente se denomina "direcciones zodiacales directas e inversas" puede explicarse como el resultado de la rotación directa del eje de la tierra hacia el este.

       Para formar direcciones zodiacales que sean realmente inversas en el sentido de formarse de la manera contraria a como se forman las llamadas directas, sería preciso invertir las reglas. No nos proponemos ofrecer aquí ningún argumento largo sobre el tema; un simple ejemplo será suficiente para aquellos que han seguido atentamente las explicaciones dadas en éste y en los capítulos anteriores.

       En la dirección (52) se calculó el arco de "Luna oposición Neptuno zodiacal directa". En él parece como si la Luna viajase a lo largo del zodíaco hasta llegar a 28º 0' de Leo, el lugar de la oposición. Lo que sucede en realidad es que 28º 0' de Leo desciende hacia el este por rotación axial directa hasta que llega a una distancia desde el meridiano similar a la de la Luna en la proporción de los dos semi-arcos. El S.A. y la D.M. de la Luna es a su D.M. como el S.A. de 28º 0' de Leo es a su segunda distancia. El lugar precedente es el de la Luna y el subsiguiente el de la oposición.

       Para formar la misma dirección en forma inversa, hay que invertir todas las reglas. El S.A. y la D.M. de Neptuno se toman como normas de comparación y el lugar de la Luna, con latitud o sin ella, se imagina como si pasase hacia el oeste subiendo a través de la casa quinta hasta llegar a una distancia desde el meridiano similar a la de Neptuno en la proporción de los dos semi-arcos. La oposición del lugar de la Luna se utilizaría en la práctica, y descendería a través de la Casa undécima hacia Neptuno. Esto no puede ocurrir a menos que nos imaginemos la tierra invirtiendo la dirección de su rotación y adoptando de nuevo las posiciones pre-natales. El lugar precedente será entonces el de Neptuno y el subsiguiente el de la oposición de la Luna y la fórmula será: El S.A. de Neptuno es a su D.M. como el S.A. de la oposición de la Luna, 12º 52' de Capricornio, es a su segunda distancia.

       Lo que sigue son los elementos de la dirección tomada sin la latitud. La A.R. de 12º 52' de Capricornio es 283º 59'; su D.M. 11º 5'; su S.A. 58º 0'.

Log. 73º 29' (c.a.)       9'61092
Log. 58º 19' 48948
Log. 58º 00' 49184

Log.         

46º 02' 

59224 
      
2ª D.M.  46º 02'  
1ª D.M.       11º 55'  

 

34º 07'

 Luna oposición Neptuno zod. reversa. (59)


       Esto puede compararse con (52). 'Reversa' es probablemente un término mejor para tal dirección, para evitar la confusión con 'inversa' cuando se emplea en su sentido convencional.

       Que se sepa, ninguna de estas Direcciones reversas han sido calculadas por los astrólogos, de modo que todavía no se dispone de ninguna experiencia para decidir si poseen algún valor. Sólo las mencionamos aquí con el fin de completar el tema.


CLASIFICACIÓN DE LAS DIRECCIONES DIRECTAS

       Surge ahora la cuestión de cuántos aspectos de una clase es posible calcular entre dos cuerpos celestes. Tomando a modo de ilustración la posición de la Luna y Neptuno y omitiendo todas las direcciones reversas, las siguientes pueden explicarse por la rotación axial directa de la tierra hacia el este.

       (a) "Neptuno oposición Luna mundana directa". El lugar de Neptuno asciende a través de las Casas undécima y décima para encontrarse con la oposición mundana de la Luna.

       (b) "Luna oposición Neptuno zodiacal directa sin latitud". Tiene efecto el mismo movimiento; el aspecto es zodiacal y la oposición de Neptuno se toma como un punto de la eclíptica sin latitud.

       (c) "Luna oposición Neptuno zodiacal directa, con latitud". Tiene efecto el mismo movimiento; el aspecto es zodiacal y la oposición de Neptuno se toma con la latitud que la Luna tendrá cuando llegue allá (o con la latitud que tenía la Luna en el nacimiento, según el método adoptado).

       (d) "Neptuno oposición Luna zodiacal inversa, sin latitud". Tiene efecto el mismo movimiento; Neptuno asciende hacia la oposición zodiacal de la Luna tomada como un punto de la eclíptica sin la latitud.

       (e) "Neptuno oposición Luna zodiacal inversa, con latitud". Tiene efecto el mismo movimiento; Neptuno, con la latitud que tenía en el nacimiento, asciende hacia la oposición zodiacal de la Luna tomada con la latitud que tenía Neptuno cuando estaba allá (o con la latitud que tenía Neptuno en el nacimiento, según el método adoptado).

       Parece ser que las clases (a), (b) y (d) son aceptadas por todos los astrólogos. La clase (c) es aceptada por la mayoría de ellos, aunque no por todos, y difieren en cuanto al método que hay que emplear. La clase (e) es rechazada o ignorada por la mayor parte de los astrólogos, pero es aceptada por aquellos que emplean el segundo de los dos métodos de dirigir con la latitud.

       El mero hecho de que sean posibles tantas clases será suficiente para suscitar un sentimiento de escepticismo en la mayoría de las mentes, y ciertamente demuestra que la ciencia de Dirección primaria aún no ha alcanzado su finalidad.

       NOTA. Después de que se hiciera la anterior clasificación de direcciones directas, un lector crítico arguyó que, si es lícito tratar la Luna o cualquier otro cuerpo que tiene latitud como si no la tuviese, y fuese un mero punto de la eclíptica, también debería ser lícito dirigir este punto eclíptico lunar hacia cualquier otro punto. Esto añadiría una sexta clase a las cinco que acabamos de presentar.

       (f) "Luna oposición Neptuno zodiacal, ambos cuerpos sin latitud". Tiene efecto el mismo movimiento de antes; 28º 0' de Leo (la oposición de Neptuno, tratado como si no tuviese latitud) pasa hacia el este en dirección a la posición mundana ocupada en el nacimiento por 12º 52' de Cáncer, también como si no tuviese latitud.

       Si se admiten las clases (a) y (b), resulta difícil comprender por qué habría de excluirse su combinación en la clase (f).

Continuará...

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